17.3.11

Radio Chat


La lava comió sus cuerpos e incineró miles de almas en Tokio. Ellos trataban de respirar entre el humo y  la contaminación. La ciudad se encuentra dañada en varias áreas, las personas se tropiezan como si tuvieran los ojos vendados, los ojos observan desde arriba como el agua se traga poco a poco los carros, las casas y las personas, indolente golpea las paredes de los edificios que se desploman como cartones arrugados y los toldos de las tiendas se desinflan como globos de carnaval. El cielo está negro y debemos retirarnos. Se siente la adrenalina estirarse dentro de nuestros cuerpos y no podemos comprender la ferocidad del tiempo y la naturaleza hasta cual grado puede enfurecerse con este universo.
Oigo las vueltas sordas que da la hélice del helicóptero, mientras van grabando la ciudad. Una tremenda metrópoli, ahora se ve tan pequeña, tan devastada. Recibe a sus hijos muertos en sus brazos de fuego y está sola clamando soporte, con uñas rasga el cielo para que la escuche y se mantenga a su lado. Pero el cielo se oscurece y debemos retirarnos. Se queda sola a lo lejos, crecerá al amanecer yo lo sé. Sabrá que la cobardía y el miedo no serán suficientes para amilanar su fuerza, y buscará los refugios y las vigas donde apoyarse sola. La ciudad crecerá hermosa, no ahora, sino de a pocos cuando los barcos lancen sus velas y ellos puedan respirar el aire puro.
Escribo desde un notebook prestado, que no me pertenece pero que tengo dentro de mi bolso como si fuera mío, decidí no cargar mi computadora por motivos suficientes. También hay un satélite de un amigo japonés donde puedo ver mi mail increíble como si estuviera en Lima. Cuanta tecnología realmente estoy asombrada. Estoy muy cansada no duermo hace más de 28 horas y me duelen los pies y la espalda.  Llamé y hablé con mi padre y él me reconoció eso es muy importante para mí.
Cada vez que hablo suena un molestoso bip, y cada vez que escribo hay un sonido de radio viejo. Hace un frío terrible que me rompe los huesos, siento el olor entrar a mis pulmones y no hay calefacción en la mayoría de lugares. Estoy con un grupo de amigos tomando café y nos pusimos a leer poemas de memoria, yo saqué mis libros el de Matsuo Basho y leí un par de Haikus. Buscamos la calma en nuestras lecturas, uno recordó un poema  Pizarnik, otro de Alberti . DE repente sonó la alarma y tuvimos que irnos. Radio Chat can you hear me? eso escucho a lo lejos, Radio Chat…. Can you hear me?


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15.3.11

Oriente express

Se escapa el cuerpo y ya no quema, se ha aplacado el dolor de muchas lunas sin descanso. Está quieto esperando empezar las rutinas, las búsquedas y el deseo.  Las una y mil noches de refugio esperando el soporte necesario, para enfrentar el hábito que la costumbre empuja a sobrellevar el cuerpo; entiende que no hay sostén y se desbalancea pero resiste pero a medida que va acomodándose a la práctica, persiste y va fortaleciéndose.  Han sido meses donde el cuerpo se enfrentó solo, comió su pena solo,  junto todas sus partes y las empezó a pegar una a una. Hasta formar una columna, se dio cuenta que es único como ningún cuerpo y enfrentó a sus fantasmas. Diles que te empujaron a una hoguera y no te quemaste, que a pesar de su agravio estás aquí nuevamente luchando ahora más fuerte que nunca.


Miré por la ventana y supuse que cada árbol, nube y ácaros que a veces circulan por el aire aún existen en este mundo. Dando vueltas alrededor de todos nosotros. No lo pensé mucho tomé un par de cosas las puse en una valija pequeña y decidí partir a Tokio.  El domingo  pasado encontré a un amigo, listo para salir hacer un reporte en Japón y estaba algo acelerado haciendo maletas y me preguntó si quisiera ir a hacer algo de trabajo por allá como voluntaria. No lo pensé dos veces y le dije que sí. Así que hizo un par de llamadas y me dio algunos encargos y me dijo que me esperaría en el cambio de escala antes de ir a Tokio.  Hoy llegó mi pasaje a mi mail y para mi sorpresa haré escala en Nueva York por 5 horas y de allí nos iremos juntos a Japón.
Me hubiera gustado ir a Tokio en otro momento, pero será interesante recorrer sus calles como lo pensé en algún momento y tratar de sentir los cuerpos dañados y no dejarlos sucumbir ante la desolación. Siento la fortaleza de entenderlos después de perder a un ser que siempre estará conmigo y con esa misma fuerza los impulsaré a empezar nuevamente juntos. Sólo serán 5 días pero presiento que mi cuerpo sonreirá hacia adentro junto a Luna.
Me encuentro esperando el avión que me llevará a Nueva York donde estaré 5 horas, al llegar allá haré contacto  y de allí me iré a Tokio.  Llevo conmigo un libro de poemas de Matsuo Basho, creo que si le pregunto algo me contestará en japonés y eso es lo que quiero.


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5.3.11

Mascarada

He vuelto a caminar por Lima después de muchos años y enfrentarte a sus calles, cargadas de viento y humedad. Al voltear la vi, ella estaba sentada vendiendo velitas y llevaba una máscara que le cubría gran parte del rostro. Cuando me acerqué a verla, inmediatamente me susurró que la máscara era falsa y que al otro lado estaba pérdida la verdadera. Pude inquirir que la máscara tenía voluntad propia y  que la persona que la portaba era sólo un simulacro de alguien que simplemente lo usaba. Después levantó una velita y a modo de confesión me dijo esta es para usted y esta otra para sus sueños. Cuando quise pagarle insistió que eran mías y no quiso recibir dinero alguno.  Ya era tarde así que las tomé y seguí caminando.  ¿Hasta qué punto  la realidad es una falacia y la máscara es el rostro y lo que hay debajo es sólo un soporte de ella?
En este mes he encontrado variedad de sueños algunos ascéticos y otros viciosos. Comprendo que no es fácil cambiar de espacios como una historia y hacer un rompecabezas de ella y dejar que las piezas se pierdan por debajo de la mesa. Todos sabemos que cuando se pierde una parte, el juego deja de ser divertido y el encontrarla se vuelve un reto o simplemente se deja a un lado. Los desafíos diarios que tenemos que asumir  para llegar a ser virtuosos o exterminados. En estos días se me ha dado por entrar a librerías y revisar con sigilo las estanterías y verificar que los tristes libros de autoayuda salen como pan caliente. Me lleva a recordar las palabras de la vendedora, necesitamos un reflote de pensamiento para crear falacias o son la máscaras de palabras  que se convierten en soportes de muchos de nosotros.
No negaré que eso es diario en las calles, la búsqueda de autenticidad. Hay personas que necesitan crear una falacia e incluso la viven y se acreditan de ella. Y cada vez que se van crean otra falacia y otra y otra porque les es difícil ver la imagen que reflejan. Puedo tomar un sentencia popular pueden engañar a los demás pero no a sí mismos.  Muchos de nosotros hemos sentido el fresco del viento en nuestras caras al amanecer y nos hemos sentido auténticos y hemos amado con furia y deseo. Hemos trasportado inimaginablemente nuestros cuerpos hasta la ruptura y cual piezas del rompecabezas nos hemos perdido.  También nos hemos recobrado inexorables ante el desencanto y nos hemos extrañado de nuestra fortaleza. Y abran otros que no rompieron los márgenes sino se asilaron usando una máscara por miedo a los cambios. Aceptando las cosas tal como son porque más les importa lo que piensan los demás. Y muchos por ello sacrifican hasta a los seres que más aman.
Hay un punto donde la realidad termina y empieza el conjuro del azar. Donde nuestras conquistas frente al universo rotan inesperadamente a noventa grados y nos susurran abre los ojos.

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